martes, 24 de julio de 2007

Pensando un escape del Establo

En una sociedad industrial que confunde la productividad con el trabajo,la necesidad de producir siempre fue el enemigo de la creatividad.

¿Qué chispa de humanidad, de creatividad posible puede quedarse vivo en alguien...que está arrancado del sueño al las seis de la mañana cada día, sacudido por los trenes de la suburbía, aturdido del ruido de las máquinas, desteñido y vaporizado de gestos y proposiciones sin sentido, centrífugado por controles estadísticos y al final del día echado en las salas de las estaciones, estas catedrales de la despedida, en el infierno de la rutina o en el paraiso ridículo de los fines de semana donde las masas se reunen en pereza estúpida?

Desde la adolescencia hasta la jubilación cada ciclo de veinticuatro horas repite...el bombardeo rompedor- como balas que entran por una ventana:

Repeticiones mecánicas como ''Tiempo es dinero'', subordinacion a los jefes, aburrimiento, cansancio. Desde la matanza de la energía de la junventud hasta la herida abierta de la vejez...se rompe la vida en todas las direcciones bajo los golpes del trabajo obligatorio.

Nunca antes toda una civilización llegó a un nivel tan alto de desprecio de la vida,nunca antes una generación,hundida por la humillación,sentía una rabia tan grande de vivir.

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